DANZAS CON DULZAINA
La dulzaina, un símbolo del folklore
La sombra de la dulzaina en el folklore español es alargada. Y no podría ser menos en Castilla, donde suena de fondo en cuantiosas festividades y danzas populares de muchos de sus pueblos y ciudades.
Extendido por parte de la mitad norte de España y del Levante, este tradicional instrumento ha contado con importantes virtuosos en Castilla y León como Agapito Marazuela o Francisco del Pozo "Pachín", entre otros muchos, que recorrían pueblo a pueblo rescatando sonidos locales de su casi imparable desaparición.
Herederos de esta transcendental labor por el folklore castellano, son los diferentes grupos de música folk que, en sus años de existencia han ido constituyendo un amplio repertorio de sonidos con las respectivas licencias artísticas y personalidades de cada grupo.
La entradilla era la forma habitual de abrir el baile antiguo de la rueda en los pueblos castellanos. Esta forma de entradilla se fue perdiendo con el tiempo, pero el dulzainero Agapito Marazuela dio algunas noticias de ella en su Cancionero Castellano donde recoge algunas melodías al respecto.
Se daba este nombre a aquellas danzas que se interpretaban dentro de los bailes de rueda, aunque ha tomado diferentes variantes según zonas de Castilla y León. Su peculiaridad está en que los dos círculos que se formaban, uno de chico y otro de chicas, giraban alternando un sentido y otro y cambiando de pareja continuamente.
Una de las piezas más representativas y fijas en las actuaciones del grupo Pilarica. Compuesta por el dulzainero Jesús Salamanca y coreografiada por el grupo, esta jota también trata de presentar lugares emblemáticos propios del entorno rural como los lavaderos. En este caso el lavadero de la localidad vallisoletana de Portillo llamado “El Sangurrín”.
Su melodía es obra del dulzainero de la Escuela Pilarica Javier Cuadrado. Lleva el nombre de un arroyo que nace en la localidad de Ciguñuela en la Campiña del Pisuerga vallisoletana y cuyas aguas desembocan en ese mismo río. Este arroyo llevaba un caudal suficiente para mover un molino que había en la zona conocida como “El Prado”, donde convergen además varios arroyos.
Siguiendo con esas escenas de antaño, en esta danza con cierto aire teatral se emula a las ventas ambulantes por los pueblos y comarcas de los productos hortícolas que daba la tierra. En la coreografía creada por el grupo, se trata de representar ese escarceo entre vendedores y compradores donde se aprovechaba para divertirse, coquetear y cortejar.
Siguiendo ese repaso por las comarcas de Valladolid, esta danza nos traslada hasta los Montes Torozos Inspirado en sus bellos paisajes de monte bajo, el dulzainero del grupo Javier Cuadrado compuso esta jota que más tarde el grupo coreografió.
JOTA DE PEÑARANDILLA
Peñarandilla es un municipio y localidad española de la provincia de Salamanca, dentro de la comarca de la Tierra de Alba. Esta jota alegre y vivaz interpretada frecuentemente por el dulzainero Francisco del pozo “Pachin”, y coreografiada por nuestro grupo, es ejecutada con dinamismo con pasos y estribillos de un trepidante ir y venir.
Se trata una danza donde los danzantes en posesión de unas cintas de colores sujetadas a un mástil de madera, las van entrelazando con cruces al ritmo de la música. Es una coreografía que está diseminada por toda Europa, y cuyo significado tiene una carga simbólica de fecundación, de culto a la tierra y a la naturaleza.
Foto: Joep Zander
HABAS VERDES
El baile de habas, uno de los más característicos y populares del folklore castellano, tiene numerosas versiones y denominaciones según zonas. Las raíces de este ritmo tan nuestro están en el Baile de Rueda Castellano, donde servía siempre de colofón final para la celebración. El grupo Pilarica en honor a esta famosa pieza ha incorporado una danza procedente tanto en música como en coreografía de la localidad de Hontalbilla en Segovia.
La falta de desarrollo del folklore vallisoletano, provocó un buen recibimiento por parte de los grupos de entonces del legado folklórico traído de otras provincias cercanas.
Es el caso del Bolero de Algodre, pieza popular de Zamora, famosa por su ritmo ciudado y refinado y una particular coreografía organizada en grupos de tres.